martes, 14 de febrero de 2012

Muerte anunciada

Las palabras ya no me sirven, se me han quedado huecas. Intentaron convencerte de que abjuraras de tu plan de hacerte martir. "Amor que mata nunca muere", cantabas, y pensabas y decías que Sabina era un romántico, y pensabas y decías que Él era un romántico, cuando te llamaba suya ... Julieta, Ofelia, Bess, sí, todo muy romántico. Volviste a él una y otra vez, embriagada de pasión, hasta que te rompió, como al cántaro insistente. Ilusa de cuerpo y alma. Ilusa. Ilusa yo que creí que las palabras cambiarían algo. Ahora que no existes, ya no sé qué hacer con las palabras que aún te nombran: amiga, hermana, Laura. Las palabras, mis palabras, han perdido todo sentido. Es probable que nunca lo tuvieran. Sin embargo hoy, como antes, la rabia no me deja callar.




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