- ¡Vos te creés la
gran cosa y no sos nada, no servís pa’ ni mierda! -. Marielena miró a su
amante con tristeza. No se asustó ni cuando vio levantarse la mano
amenazadora. No era la primera vez que sucedía, y ya sabía lo que le
esperaba. Como las otras veces, decidió concentrarse en los últimos
movimientos de la boca que aún escupía palabras. Cayó la mano levantada,
cayó la boca furiosa, cayeron las palabras. El cuerpo de su amante se
fue desmembrando, desdibujando, desintegrándose frente a sus ojos. Solo
polvo y arena quedó de él sobre el suelo. Ella recogió la arena, la
metió en un frasco y se encaminó a la tienda. - Éste también me salió
malo - le dijo Marielena al dependiente dándole el frasquito con más
decepción que rabia. El hermoso joven la miró enojado y casi le gritó -
pero, qué le hace usted a los pobres muchachos que no le duran nada. Un
par de días y ya los trae arruinados. ¡Esto ya no es normal, Señora! -.
Marienlena lo miró detenidamente. Al concluir el escrutinio visual pidió
hablar con la dueña. Triste, muy triste, murmuraba para
sí, cuando llegó doña Celia - Ay doña Máriel, qué pena - le dijo la
propietaria y señalando al dependiente agregó en voz baja - mire si
usted quiere se puede llevar éste. No está tan nuevo, pero es el último
que me queda -. Marielena tomó el brazo del chico, le subió la manga de
la playera y le mostró a la dueña una herida de la que ya empezaban a
brotaban granitos de arena. - ¿Ya vio, doña Celia? Esto es lo que le
digo. Todos están defectuosos. - El tipo apartó el brazo
indignado. Doña Celia le hizo señas para que se calmara. – Ay de veras,
doña Máriel, tiene usted toda la razón. No me había fijado. Pero no se
preocupe. Si quiere le devolvemos lo invertido. Hoy mismo mando un fax
de reclamo y ya va a ver que en menos de una semana le tengo aquí unos
buenos, nuevitos y hasta mejorados. - Marielena
asintió sin decir nada, se despidió más triste de lo que había llegado y
se encaminó a casa. El corazón que le habían devuelto suspiraba soledad
sobre su mano.
Miguel Bose - No hay ni un corazon que valga la... von Warner-Music
No hay comentarios:
Publicar un comentario