Me enteré de por el blog Sanjuana Martínez, sobre esta poeta y activista contra el feminicidio y la violencia de género, Susana Chávez, que fue asesinada hace poco en Ciudad Juárez.
Se habla muy mal de la literatura comprometida, que la calidad se sacrifica en el activismo. Tal vez es solo una treta de los que se llaman apolíticos y solo son ciegos voluntarios. Yo coincido más con lo que dice Eugenio María de Hostos (que leí citado por Mario Roberto Morales):
“Uno de los deberes más sagrados del escritor de buena fe ... consiste… en poner de manifiesto… lo que hay de verdadero o de imaginario en las declamaciones con que los explotadores de las calamidades públicas se proponen en todas épocas extraviar el juicio de la multitud, siempre más impresionable que reflexiva”
Y Susana Chávez, fue un ejemplo más de que sí es posible unir calidad poética y activismo político. Aquí algunas muestras de lo que el mundo pierde con su partida abrupta:
Pesquisa por una Mujer
Busco a una mujer
que recueste su boca sobre mis huellas,
cante sin cansarse para mí.
La busco queriéndola encontrar en poemas
para encarnarla en la tarde,
la quiero libre sin quererme siempre,
esperando en un desnudo sutil,
enferma de las cosas de la noche.
A una mujer
que no porte más que tacones por la calle,
se esconda cuando la busque,
camine de la mano de otros
doliéndole la dureza y blandura de mi alma,
que tenga secretos y no los revele,
que crea en mis mentiras
y se carcaje de mis verdades,
que coma elotes conmigo en el parque.
Una mujer
que me busque en la madrugada
y al final siempre repita mi nombre
que no es otro que nada.
En el Árbol de la Voz
A ciegas la luz vela
y unos ojos se abren para siempre.
Hablo del corazón frente a la muerte,
en el árbol de la voz, con un labio de tierra y otro
de noche,
con un corazón de polvo y otro de viento.
Hablo de este amor,
esta navegación entre la bruma,
este amor, este amor.
Cada silencio nos llevara a la palabra que nos
refleja,
y en mí toma cuerpo tu soledad,
en tu mirada ausente se deshacen los astros.
A veces te descubro en el rostro que no tuviste,
en la aparición que no merecías.
Y el silencio levanta la cabeza y me mira.
Esta vez volvemos de noche,
los árboles han guardado sus pájaros,
el cansancio estira su lengua para cantarnos al oído.
La noche llego en tu corazón,
tus ojos se cerraron en la llegada del mundo.
Y sin embargo, de alguna manera, todos lo sabíamos,
y algo parte en dos la memoria,
algo parte en dos a la mujer que peina su alma antes
de entrar al lecho solitario,
y parte también el tiempo de la noche,
como el vaso que cae de la mano de algún niño
asustado,
algo parte en dos lo que estaba partido.
SANGRE NUESTRA
Sangre mía,
de alba,
de luna partida,
del silencio.
de roca muerta,
de mujer en cama,
saltando al vacío,
Abierta a la locura.
Sangre clara y definida,
fértil y semilla,
Sangre incomprensible gira,
Sangre liberación de sí misma,
Sangre río de mis cantos,
Mar de mis abismos.
Sangre instante donde nazco adolorida,
Nutrida de mi última presencia.
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