martes, 6 de diciembre de 2011

Quema del Diablo

El diablo anda suelto.
Salta aceras,
brinca fogatas.

En el semáforo rojo
atrapa la luz
- la apaga -

En el reloj de flores
atalaya la hora
- la ataja -

En el campanario
enrolla el viento
- lo arraiga -

El diablo gira,
el diablo vuela
- fracasa -

Acostumbrada
a la improvisación diaria
la ciudad no se para.

Otra vez
se descompuso el semáforo.
Otra vez
se descompuso el reloj.
Otra vez
se atascó el campanario.

La vida sigue,
no hay inercia.

A esta ciudad
no hay diablo ni santo
que la detenga.

Y el diablo, se pierde
en la humareda de la noche,
y se deja quemar.

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