lunes, 29 de octubre de 2012

Programa Festival Ixchel 2012


Invitados todos cordialmente. Yo no voy a estar personalmente, pero dos de mis cuentos sí, leídos por mi hermana, así que si pueden vayan. Hay miles de cosas interesantes que ver y oír.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Los bochincheros.

Los bochincheros no tienen madre. Ni padre. Son creados por generación espontánea. No estudian, no trabajan, no tienen amigos, no pagan alquiler. Se nutren solo de hacer bochinches, de hacer ruido, de quemar llantas, de bloquear carreteras y de hacer pintas. Nadie conoce a un bochichero en persona, pero todos, desde su atrincheramiento, en sus casas y oficinas, han oído hablar más de alguna vez de estos extraterrestres-terrestres, o ha visto una foto "fidedigna" en alguno de los periódicos "tan serios" del país.

Los bochincheros son seres mágicos. Son como un grito silenciado que vaga a diario sobre ríos, lagos y mares, provocando tormentas cuando les da la gana. Solo se materializan cuando algún  grupo social o político "trasnochados" llama a una manifestación, a una marcha o a una protesta. Hay que decir que esos grupos en realidad no es que quieran realmente protestar, ni de cambiar algo. Que es bien sabido que las protestas de todas formas no llevan a nada. Y mucho menos si son en la calle. Todo al final llega, la igualdad, la justicia, la tranquilidad. Esas también son de generación espontánea. Es solo que a veces a alguien le da por nostalgiar, por tener algo de qué quejarse y conjura a los bochincheros. "!Protesta!", dice, y entonces todo el miedo que "el ciudadano promedio" le tiene a la política social se acumula en un solo punto y de allí sale la energía que hace que vayan apareciendo en la ciudad, uno, dos, quince bochincheros, quienes como si fuera Halloween, salen a asustar a la "gente de bien" bloqueándoles su sacrosanto camino, calle o carretera.

Y cabal, cuando la fiesta está en lo mejor, zaz, que llega un camarógrafo y les toma la foto para el reportaje. Son muy fotogénicos los bochincheros. Hacen relajo, rompen cosas, pintan la propiedad privada, destruyen cuanto se encuentran el camino y, cuando ya han hecho "el daño", terminan la fiesta y luego desaparecen del imaginario capitalino. Si han tenido un mal día, los bochincheros son apresados. Pero no hay que tenerles pena. Como ya dijimos, no son gente protestando, ni siquiera son gente de verdad,  por lo que también dentro de la cárcel logran desmaterializarse y desaparecer en el olvido de los ciudadanos. Lo que queda es solo la foto, alguna pinta, y una buena justificación para los apolíticos y demás "pacifistas" del por qué no salen a manifestar.

Son muy útiles los bochincheros.





jueves, 18 de octubre de 2012

El sacrosanto derecho a la libre circulación

Quedé con mi amiga china-vietnamita-alemana (china por origen, vietnamita por nacimiento y alemana por nacionalidad) de encontrarnos frente a uno de los museos de la ciudad. A finales de agosto se celebra la Fiesta de los Museos. Creo que en los años que llevo aquí no he faltado una sola vez. Aparte de que las exposiciones están al alcance de todo el público, es una fiesta de músicos, escultores, pintores, artesanos, cocineros y bailarines de muchas partes del mundo, todas cuyas manifestaciones van poblando día y noche el río Meno. Es una celebración del arte y la convivencia pacíficia de muchas culturas. Dos días y medio en los cuales la utopía se pone de fiesta. Una utopía muy concurrida... y frágil, más aún cuando ya se acerca la noche y todos buscan olvidarse de la corrección política con una cerveza o un vaso de vino de manzana. Mi amiga y yo no tomamos vino de manzana, pero decidimos comer algo antes de que llegara su hermana, con quien habíamos concertado un punto de encuentro cerca de un puente conocido. Nos atrasamos comiendo y platicando, así que cuando sentimos, solo teníamos unos pocos minutos para llegar a la cita. Si tomábamos el camino regular nos íbamos a tardar por lo menos media hora, así que escogimos algunos atajos para evitar quedarnos atascadas entre los que a esa hora estaban pidiendo pinchos, hot-dogs, creps o filetes de ñandú. Uno de esos atajos era la parte trasera de una tienda ambulante. Un lugar estrecho, en el que cabía una persona a la vez y había que pasar por encima de cables de electricidad. Yo pasé primero y vi que del otro lado venía una muchacha alemana que en unos minutos atravesaría con su bicicleta la misma angostura, pero en dirección contraria. Conociendo lo quisquillosos que son los alemanes en cuanto al respeto de las reglas de tránsito, pensé que se detendría para dejarnos pasar, ya que nosotras estábamos ya a mitad de camino. Yo pasé sin problemas, pero cuando mi amiga estaba pasando, escuché que la alemana decía entre dientes “típicos chinos” y sin que yo pudiera dar crédito a mis ojos, pasó empujando a mi amiga con la bicicleta que llevaba al lado. En cuanto tuvo suficiente lugar para subirse a la bicicleta, se subió y desapareció entre la multitud. A mi amiga se le acumularon, en forma de lágrimas, todas las experiencias racistas que había vivido desde que, de niña, llegó a este país. Sin embargo su orgullo no las dejó caer sobre su rostro. Estóica solo repetía una y otra vez, que no entendía el por qué de lo que había sucedido. Yo intenté calmarnos un poco y, depués de que estuvimos seguras de que el daño físico solo había sido un rasguño, fuimos a encontrarnos con la hermana de ella. Llegamos aún bastante alteradas, contándole lo sucedido. Nos sorprendió que ella nos contara a su vez que la tipa también la había intentado atropellar a ella con la bicicleta, pero que ella había tenido suerte de poder quitarse a tiempo. Entonces entendí que esa chica alemana, no había atacado a mi amiga por un delirio paranoíco temporal que le hiciera pensar que le estaba obstruyendo el paso, sino porque el odio hacia los extranjeros (o hacia los chinos en este caso) le estaba obstruyendo la vida y pensaba que la única forma de liberarse era sacarlos de su camino, algo que también es un caso de paranoia, pero una mucho más peligrosa. En ese momento pensé en el señor que atropelló a las normalistas en Guatemala y ahora pienso en los que justifican las muertes en Totonicapán, y en la gente que no entiende que la amenaza de bloqueo no viene de la gente de afuera, sino de los muros interiores que se van formando para justificar su vida y su entorno. Y pensé que hasta que esos muros no se derrumben, hasta que no vean que somos gente y no obstáculos, todos nosotros, migrantes, mujeres, indígenas, LGBTs, normalistas, tal vez alguna vez nos haremos a un lado para evitar que nos atropellen, pero seguiremos intentando que nos miren como seres humanos. Seguiremos intentando bloquear la intolerancia, con letras, con protestas, con arte, pero sobre todo, con presencia.




jueves, 11 de octubre de 2012

Ventajas de las licencias libres para artistas

Como les conté, estoy llevando el curso de Arte y Cultura en Circulación.

En este curso se han planteado las siguientes ventajas, como unos de los beneficios que obtienen los artistas al utilizar licencias libres o licencias creative commons:

- Distribución independiente y a costo cero. Con una licencia que asegure la libertad para compartir, vamos a ser más linkeados, más replicados, más compartidos. No vamos a tener que negociar con los monopolios de la distribución para asegurarnos estar en librerías, disquerías, kioscos, etc. La máquina de copiar es gratis y la hacemos funcionar entre todos. Las licencias libres nos ayudan a ponerla en movimiento.

- Difusión: si autorizamos a la gente a copiar y distribuir lo que hemos creado es más fácil que nos conozcan, pues podemos aprovechar la comunicación en red, distribuida, que permite Internet, de manera que el tan necesario “boca a boca” se potencia y acelera. Cuando se requieren permisos explícitos para reproducir una obra, estamos desacelerando este proceso y quedando varios pasos atrás. Para asegurarnos de que esta difusión en red nos ayuda, hagamos que sea simple que otros nos reconozcan y nos linkeen. Pidamos que nos mencionen, que se acerquen a nuestra web, que nos sigan, de forma tal que todo el proceso se retroalimenta.

- Crecimiento y proyección: si permitimos además las obras derivadas y el remix, facilitamos que nuestra obra se expanda y se comparta con mucha más profundidad, porque no solamente aparecerá tal cual la hemos creado, sino también en combinación con otras obras. Nuestra música será parte de películas, nuestras imágenes estarán en affiches y en sitios web, junto con nuestro nombre. Si pueden derivarse tantas cosas de nuestra obra original, esto será la mejor propaganda para ser convocados a participar en equipos y proyectos artísticos en los que podríamos ser remunerados por nuestro trabajo.

- Acceso a todo lo que otros comparten: nadie escucha más música que los músicos; nadie lee más que los escritores. Todos los que crean se inspiran en lo anterior o directamente reutilizan materiales anteriormente creados. En un marco de cultura libre y licenciamientos libres y/o abiertos, producir cultura es más fácil y económico. No es que solamente los otros toman gratis lo que yo hago; también yo puedo hacerlo, de manera que todos contamos con un acervo público de conocimiento y cultura reutilizable.

Aparte de esas ventajas, quiero proponer las siguientes, que tal vez tengan que ver con distribución:

vivo en un país en el que no se habla español, sino solo por algunos latinoamericanos y estudiantes de español. Así que cualquier película o libro que quiera compartir, o presentar en público, debe estar subtitulado en el caso de las películas o traducido al inglés o al idioma oficial. Las traducciones son muy costosas, por lo que no existen muchas obras traducidas, más que las que han sido compradas por alguna distribuidora  o una editorial local. Al liberar las obras, es posible la traducción colaborativa de varias personas desde distintos países del mundo. Yo ya participé en una "subtitulada" en conjunto, y eso hace que el acceso a esta película sea mucho más abierto.

Por otro lado, para obras de autores que no son conocidos, no es facil encontrar críticos que acerquen las obras al público internacional. Sin embargo, si la obra tiene libre acceso, pueden haber críticos en todos lados del mundo, totalmente sin costo, que tienen la experiencia para acercar la obra a los receptores locales.

En mi caso personal, el hecho de poner mis cuentos bajo licencia creative commons, ha hecho que me lean y hasta publiquen en países en los que no he estado. Cuando alguien me pregunta qué es lo que escribo, los remito simplemente a mi blog o el de "Te Prometo Anarquía", una revista de literatura guatemateca, hecha desde España por un escritor guatemalteco, una revista de libre acceso que se ha convertido en una referencia de la producción jóven de literatura en ese país centroamericano.

Un extremo de liberación y proyecto cooperativo, fue el libro Trans 2.0 de Julio Serrano, quien "liberó" sus textos en la web, de tal manera que fueran a ser parte de diversos blogs, de tal manera que cada blogguero le agregara algo al texto, ya sea videos, formatos o imágenes. El resultado puede leerse aquí:

http://www.translibro.com/

Por último quería comentarles que una de las últimas sorpresas fue encontrar un cuento mío en la revista nicaragüense 400 Elefantes, lo cual fue una sorpresa muy grata.



domingo, 7 de octubre de 2012

Ofertorio

Oremos hermanos
para que este sacrificio
de los hombres
que nos dieron el pan,
el fruto de la tierra
y el fruto de su trabajo
no sea agradable a ningún dios
ni a ningún ser humano

Benditas seas justicia.
Bendita seas solidaridad.