lunes, 2 de julio de 2012

Las penas con pan son buenas

A Don José de Riva y Vidaure le gusta consumir tres veces por semana penas ajenas. Tiene algo de tranquilizador. Las ve, las pone a la par de las suyas que, en comparación, son chiquititas, las unta sobre un pan, se las lleva a la boca, las saborea, las mastica y luego las escupe. Desde muy pequeño aprendió que si se mordisquean, o peor aún, si se las traga, pueden emanar una sustancia extraña que hacen que después se pase varios días con mal sabor de boca y unas ganas extrañas de llorar.





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