viernes, 28 de octubre de 2011

Nosotras, las de la historia - Presentación de libro de laCuerda


laCuerda es un periódico feminista que ha tenido una gran labor de esclarecimiento en cuanto a los derechos reproductivos, los derechos de las mujeres y los problemas de la sociedad guatemalteca.

También los invito a leer la última edición de laCuerda, en la cual orgullosamente hay un artículo mío. Hacer click en la imagen para acceder a la publicación en pdf.


miércoles, 26 de octubre de 2011

De Luna y de Miel

Aquello nunca fue luna. Aquello nunca fue miel. La miel estaba en la boca del otro, en el sabor del otro, en las manos del otro.

No en Juan. A Juan lo quiso alguna vez. Lo quiso porque había que quererlo. Porque lo decían todos, porque lo decía la Biblia, porque lo decía el pastor. Y el pastor había dicho que Juan era bueno para ella. Que Juan era bueno. Punto. No importaba que la luna de miel no le supiera a nada. Que su piel no brillara bajo su mirada. Que fuera burdo y distante. Honrarás a tu esposo. Y le servirás. Y lo respetarás.

Y ¿Pablo? Por qué nadie le dijo que era posible Pablo. Ella también debía respetar a Pablo. Porque hay que respetar al jefe. Eso decían todos. Hasta su madre. Hasta el pastor. Y ella lo respetaba. Respetaba sus besos. Respetaba sus manos. Respetaba sus caricias, el bello que le cubría las piernas y el vientre, el sudor que le humedecía la piel cuando la amaba.

La luna despertó la noche y le hizo descubrir que su piel podía ser dulce, que el azúcar que se fundía en sus labios, todos sus labios, era bebible. La noche lo sabía.

Pablo lo sabía. Y se enloquecían juntos, sobre la cama, y las sábanas blancas, blancas de luna, en el motel de lujo.

Juan no. Juan ya no era bueno. Ya no olía a bueno. Ya no sabía a bueno. Odió a Juan. Odió su olor. Odió su sabor. Su roce le hacía daño. Empezó a esquivarlo, a dormir con la niña, a tener frío para no desnudarse.

Y entonces ... Pablo: no, esto no puede seguir, mi esposa ...

¿Y ella? Pero si para ella: Juan ya es no bueno. Juan ya no huele a bueno. Juan ya no sabe a bueno. Odia a Juan. Odia su olor. Odia su sabor.

Aún logra esquivar a Juan, y en noches de luna llena, se encierra en el baño, unta con miel sus pechos, su vientre, sus labios, y después de llorar, después de la catarsis, vuelve a respirar, a olerse hermosa, a sentirse hermosa.

Juan ya no.

Tampoco Pablo.

Ahora, respeta su cuerpo. Ella y la luna, por ahora bastan.

ELLA.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Virtual I

Tu webcam
descubre para mi
tu desnudez
y te veo
y te observo
y me excitas
aunque nos separen
tiempo y distancia
y mis carencias
y querencias
queden sueltas
sin poder asirse
a esa mano,
esa hermosa mano
que te toca
y te recorre,
obra divina
hecha hombre
al otro lado
del océano.

Tan sola
tan mía
se queda mi mano
ajena
foránea
exiliada
de tu imagen
en la pantalla.

miércoles, 12 de octubre de 2011

12 de Octubre - Día de la Descolonización

En este blog nos unimos a la celebración del 12 de Octubre como Día Internacional de la Descolonización de nuestros Cuerpo-Territorio. :)
La Santa Madre Iglesia corregirá algunas erratas en las piedras de Moisés: El sexto mandamiento ordenará: "festejarás tu cuerpo". El noveno que desconfía del deseo, lo declarará sagrado. La Iglesia también dictará el undécimo mandamiento que se le había olvidado al Señor: "amarás a la naturaleza de la que formas parte." Todos los penitentes serán celebrantes y no habrá noche que no sea vivida como si fuera la última, ni un día que no sea vivido como si fuera el primero. Eduardo Galeano - Delirar en voz alta

Y un poema que queda también bien con el dia:

Mi cuerpo de Chuy Tinoco

Tengo un límite en el cuerpo
que busca la luna parda
el contagio del infierno
la infamia de un ciego

me niego a tolerar
la rosa cercenada
obediencia al clero y sus
eunucos chillantes

Digo NO como principio
Ni el voto del partido
Ni el voto del silencio
que se pudran los reinos

Tengo un límite en el cuerpo
una rienda para la bondad y
la memoria de mis hermanas
que no me deja ser esclava.

martes, 11 de octubre de 2011

Hechos Polvo

- ¡Vos te creés la gran cosa y no sos nada, no servís pa’ ni mierda! -. Marielena miró a su amante con tristeza. No se asustó ni cuando vio levantarse la mano amenazadora. No era la primera vez que sucedía, y ya sabía lo que le esperaba. Como las otras veces, decidió concentrarse en los últimos movimientos de la boca que aún escupía palabras. Cayó la mano levantada, cayó la boca furiosa, cayeron las palabras. El cuerpo de su amante se fue desmembrando, desdibujando, desintegrándose frente a sus ojos. Solo polvo y arena quedó de él sobre el suelo. Ella recogió la arena, la metió en un frasco y se encaminó a la tienda. - Éste también me salió malo - le dijo Marielena al dependiente dándole el frasquito con más decepción que rabia. El hermoso joven la miró enojado y casi le gritó - pero, qué le hace usted a los pobres muchachos que no le duran nada. Un par de días y ya los trae arruinados. ¡Esto ya no es normal, Señora! -. Marienlena lo miró detenidamente. Al concluir el escrutinio visual pidió hablar con la dueña. Triste, muy triste, murmuraba para sí, cuando llegó doña Celia - Ay doña Máriel, qué pena - le dijo la propietaria y señalando al dependiente agregó en voz baja - mire si usted quiere se puede llevar éste. No está tan nuevo, pero es el último que me queda -. Marielena tomó el brazo del chico, le subió la manga de la playera y le mostró a la dueña una herida de la que ya empezaban a brotaban granitos de arena. - ¿Ya vio, doña Celia? Esto es lo que le digo. Todos están defectuosos. - El tipo apartó el brazo indignado. Doña Celia le hizo señas para que se calmara. – Ay de veras, doña Máriel, tiene usted toda la razón. No me había fijado. Pero no se preocupe. Si quiere le devolvemos lo invertido. Hoy mismo mando un fax de reclamo y ya va a ver que en menos de una semana le tengo aquí unos buenos, nuevitos y hasta mejorados. -  Marielena asintió sin decir nada, se despidió más triste de lo que había llegado y se encaminó a casa. El corazón que le habían devuelto suspiraba soledad sobre su mano.  





Miguel Bose - No hay ni un corazon que valga la... von Warner-Music

domingo, 9 de octubre de 2011

Si supieras

Si supieras, si tan solo supieras, que ya no somos los mismos. Si supieras que esa vida de la que me hablas la dejé tirada en el camino y me vestí con nuevos trajes, más ligeros, que le quedaran mejor al paisaje de historias meridianas que me trajeron a ti. Que me cambió la mueca y la máscara y que quedó esto extraño que aún no ves y que no cabe ni siquiera en el espejo.Que en este encuentro solo espero reconocerte con los ojos nuevos, lavados de memoria. Por favor no me pidas pasados ni recuerdos. Si supieras, si tan solo supieras, que ni tú ni yo, somos ni podremos nunca ser los mismos.


(Diálogo con el libro de Marvin García: no somos los mismos de Editorial Catafixia)



jueves, 6 de octubre de 2011