lunes, 13 de diciembre de 2010

Era digital

Casi no lo podías creer. Él estaba frente a ti. Allí a un metro de distancia. Estaba su sonrisa, su mirada, su mano tocando la tuya, su mejilla rozando tu mejilla, en un beso que, !ay!, fue tan solo fraternal. Intentaste imaginar el cuerpo debajo de la ropa, pero no pudiste. El deseo no estaba permitido. El deseo entre ustedes, comprendiste, había sido solo una abstracción digital de lo imposible. Y su cuerpo, ese cuerpo que habías admirado en la pantalla, hecho de energía, bits y bytes, al que soñaste poder tocar un día sin necesidad de usuario y contraseña, debió quedarse allá, en el cyberespacio, resguardado de la tentación de intentar tentarte. Tuviste que entender que a tu mano no le será permitido sentir el calor de su excitación y tu boca seguirá, por los siglos de los siglos, ignorando el sabor de su piel. Quisiste entonces correr a la computadora más cercana, volverte un avatar, un holograma,  encontrar el camino virtual que te retornara a la ilusión del erotismo compartido. Al final, un beso de despedida y la certeza de que, en casos como este, la realidad está simplemente sobrevalorada.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Volver

"Yo adivino el parpadeo
de las luces que a lo lejos,
van marcando mi retorno."
(Volver - Carlos Gardel/Alfredo Le Pera)

Para allá voy. :-)